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El sábado 14 de diciembre de 2013 se presentó mi poemario Un concierto de sonidos diminutos, en Madrid  en la  sala Moncloa del hotel Celuisma . El ambiente fue bastante acogedor. Me hubiera gustado haber tenido a mi familia y a mis amigos los cuales, por razones mil, no pudieron asistir. Esta ausencia se palió por la presencia de otros autores, venidos de diferentes rincones de la geografía española así como de otros lugares de Europa. Es de agradecer a cada uno de ellos su haber querido estar conmigo, y especialmente a los compañeros de la tertulia Página 72, a José Manuel Vivas, a Manuel Mansilla Salitre  que  estaban allí por presentar también sus obras. En esos momentos, hicieron las veces de mi familia y mis amigos. Se ausentaron, mi amigo Antonio Castellanos, excompañeros del foro Libertad 8, que al no poder asistir me envió todo su apoyo. Agradecido. Así, también se excusaron Cristian Piné, y Carmen Iglesias. Gracias a todos.

EN LA PRESENTACIÓN

Manuel Romero Higes, actualmente unos de los mejores editores a nivel regional y por supuesto nacional,  hizo unas semblanzas de mi persona que me pusieron rojo. Le agradezco su querer apostar por  esta publicación de Un concierto de sonidos diminutos;  por creer en este proyecto que, hace tres años, le presenté con el título de Horas Brujas. Después de trascurrido tres años,entre aquella primera entrevista y la publicación de ahora, me doy cuenta que el poemario se ha enriquecido en un trabajo exhaustivo de  acoplar poemas y podar versos. Así, el resultado final es un libro de poemas que expresa la evolución de quince años en este trance de escribir sabiéndome responsable de ello. Estoy satisfecho con Un concierto de sonidos diminutos, porque ve  la luz, sabiéndome en un proceso  en el que sigo investigando y escribiendo con tonalidades diferentes.


EL POEMARIO: Fondo y forma

Un concierto de sonidos diminutos, intenta mostrar, como los ruidos, las emociones, los encuentros más diversos se transforma en sonidos. Cada uno de estos gestos, secuenciados en los períodos  que van de la mañana a la noche,se transforman en un concierto de sonidos que hace todo más amable y sencillo.

En este libro el tiempo puede aparecer como protagonista  y sin embargo no es más que el testigo privilegiado de otros protagonistas reales los cuales sirven para desarrollar la metáfora vital. Así,  el cartero o el ascensorista que interrumpen llamando a la puerta; el timbre del teléfono; las noticias de la radio; el motor de los coches trajinando en la avenida; los ladridos de los perros; el ruido del lavaplatos o de la bomba del agua junto al trastero… Todos, y algunos gestos más, son en este libro la ocasión perfecta para mirar el lado oculto de lo cotidiano, aparentemente ruidos que se transforman en sonidos y que de no ser así pasarían desapercibidos.  En el contenido de este poemario, nada escapa al yo poético que se expresa desde ese espacio de lo  particular donde las emociones encuentran un motivo para crecer aprendiendo o para hacer silencio. No deja de aparecer la poética del silencio en el escamoteo del yo literario de algunos poemas. Siendo el silencio otro testigo, junto con el tiempo, de las emociones y los gestos. 


Dedicado a mi madre, un ángel sin vacaciones, el libro de poemas se inicia con una cita de Rafael Rufino Felix Morillón, gran poeta extremeño al que la Sociedad de Extremeña de Escritores no le ha hecho todavía justicia. La cita tiene el sentido de poner en guardia al lector ante los versos que va a saborear en este poemario. Y dice así, “Viví las horas de cristal bajo la memorable claridad de los soles…” Las otras citas que cotejan cada uno de los capítulos son  de Vicente Gallego. Santa deriva; Luis García Montero. Habitaciones separadas; José María Cumbreño. Vasos comunicantes; Luis Alberto de Cuenca, La noche blanca. Los mundos y los días. Cada una de estas citas sirven como elementos referenciales para marcar como en los diferentes momentos del día,  el de la mañana, o el del mediodía, el de la tarde o el de la noche, sirven para descubrir  que los ruidos del entorno se convierten en sonidos. Y en todo ello, la velada pretensión de crecer dejando que lo contemplado, unas veces divise la frontera de lo irremediable y otras, deambule por un interior dolorido y aceptado. En realidad, en Un concierto de sonidos diminutos, el hecho de  espera se convierte en un presente continuo donde soñar y vivir se funden en uno. 

OTRAS PRESENTACIONES:

En junio de 2014 se presentó en LA JABONERA centro cultural de Villanueva de la Serena. El evento lo dirigió Maribel Tena, Profesora de literatura en el IES de Orellana la Vieja. Aquí un extracto de la presentación

La partitura de la vida. Extracto de una presentación.

El poemario Un concierto de sonidos diminutos, se convierte entre las manos en un libreto para seguir una partitura en la que está escrita la vida misma….A ratos( el autor) parece compositor de la partitura; otras veces director de orquesta, de una música que ya existe y él ordena, o incluso en ocasiones espectador como nosotros, o, si me permitís la palabra: “escuchador” atento, dispuesto a la maravilla… simple espectador él también, porque a veces no le queda más remedio y asiste desde fuera al transcurrir caprichoso del tiempo, lo que él tan sabiamente ha nombrado como “la lentitud líquida de los minutos”


Como todos los días

Como todos los días, el mismo barullo de caras anónimas, el tendero de la esquina, papeles. todo igual, como cada mañana obedeciendo al sistema, a esa realidad soportada que no finge y sigue el curso de los instantes.
Como el agua, deslizas tus dedos en las lindes de la carne.Mágico temblor que despeja la oscuridad al describir paisajes con el roce de la vida.
Como siempre, todo sigue su curso: el desconcierto, la traición, el capricho, las ilusiones, la sorpresa; el amor.

El concierto sin embargo no es de una música atronadora. El título, esos sonidos diminutos, nos van a dar la clave para asomarnos a los poemas: LA CLAVE ES EL SILENCIO CÓMPLICE, porque en medio de ese silencio es donde anidan los secretos, sus momentos de salvación y esos resquicios de luz que encuentra el poeta en la vorágine de los relojes y los calendarios…Una BÚSQUEDA CONSTANTE DE LEVEDAD. Es un poemario muy terrestre, muy aterrizado, anclado a lo cotidiano a veces incluso de manera dolorosa, hundiendo sus raíces en el fango de cada jornada…

Nos invita también A SU CASA, al quehacer poético como un hogar.Un concierto de sonidos diminutos es también EL RETRATO DE UNA SALVACIÓN, del hallazgo de destellos en medio de una oscura monotonía. El poemario se toca también, el papel se torna en materia viva, esconde pulsiones y en muchas de estas páginas tiembla el placer…UN EJE QUE ATRAVIESA EL LIBRO, e intuyo que la vida del propio poeta, es EL AMOR, COMO PARTE DE ESA SALVACIÓN. El amor vivido como un milagro…

En el libro, diseccionado en cuatro partes –como si así se pudiese apresar el tiempo- no es casual que EL MEDIODÍA SEA LA PARTE QUE SE PERCIBE MÁS EXTENSA, DILATADA…En EL CENTRO EXACTO. Ese lugar donde se descubre el hilo que cose las páginas unas a otras, como cosen las palabras la realidad. Pensé: será como el mediodía, el momento central en el que el sol está más alto y más calienta. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que en esas páginas, 36 y 37, están dos de mis poemas favoritos. Y paradójicamente, uno habla no del sol, sino de la lluvia. “Llueve”: La memoria no da para más cuando veo deslizarse el gris del temporal por la imagen de tus cosas. un desorden con música de fondo.
Llueve.
En medio de esta isla cotidiana qué sonido me haría reaccionar.
Sigue lloviendo.
Espero que dé la una para poner el corazón y la mesa. tú vuelves, ignoras los detalles. te beso y afirmo que te adoro.
Cesa de llover.

Para finalizar, … un poema que me parece una promesa de futuro, y que reflejar una cita de tu libro que dice que “la semilla que se planta en un poema / germina en el siguiente”. Qué mejor manera de terminar la presentación (que con este poema…)Tal vez: Tal vez la noche disimula el aire de los rostros y cose las palabras a los ruidos, con ese tono de humedad a punto del abandono.
Tal vez habrá que esperar uno, tres días, a que el aire se vuelva sonido y no dañe el espíritu; y el agua brote de los labios de un libro.

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Agradecimientos en la presentación de “Un concierto de sonidos diminutos”

Antes que hablara Maribel Tena quise agradecer  la presencia de quienes, con una tarde de lluvia horrorosa, estaban en el acto diciendo:

«….agradezco vuestra presencia aquí, sabiendo que algunos habéis preferido optar por esta oferta dejando igual otra más interesante. Gracias porque, una vez más, compruebo la cantidad de amigos, no conocidos, que tengo. Amigos, como vosotros, que en estos momentos responden acompañándome en la presentación de esta criatura literaria: “Un concierto de sonidos diminutos ”. 
Seguí con los agradecimientos en especial a quienes, en todo momento, me han acompañado y creído en este proyecto:
«Quiero agradecer también a :
-Maribel Tena mi compañera del Instituto de Orellana, con la que compartí docencia y cafés y que, viviendo a dos horas de aquí, ha querido semblar y comentar mi obra. Ella fue una de las que ayudó en las últimas correcciones del poemario.-Gracias a Manuel Romero Higes por creer en este proyecto y ayudar en todo momento. Desde hace tres años que le hablé de esta obra, con otro nombre y con otra forma, en su editorial hasta este momento, su labor no ha sido solo la de editar sino también la de crecer conmigo en un diálogo de escritores. Esta es la diferencia, cuando se trató esta obra, cuando se ha venido tratando Manuel no ha sido solo el editor que recoge y de forma empresarial acomete el trabajo sino que, como escritor que es, ha dialogado con la obra y conmigo como autor. Considero que al actuar así se convierte, por qué no decirlo, en padre putativo de la obra. 
Esto no es un insulto.Gracias Manuel por este gesto permanente que hace quelos que no eramos hoy seamos con una obra en la calle. Creo que al igual que conmigo has hecho y harás con otros. Gracias por dar nombre a la creación dándole vida con este libro publicado bajo el sello Herákleion. Interesante nombre porque parece este una metáfora del hacer editorial ya que las obras entran bajo la protección del templo de Hércules, liberándolas de sus infiernos. Esta obra, hace tres años, se llamaba “Horas brujas”hoy se ha transformado en Un concierto de sonidos diminutos”.


Quiero agradecer también a la Tertulia Página 72, de la que soy integrante y a la Tertulia de Gallos Quiebran Albores de Mérida.  Los tertulianos de estos grupos  estuvieron ahí en el proceso de creación de esta obra.Su ayuda, por así decirlo, forma parte de la obra… Ellos están en la intrahistoria de esta creación.-Gracias a María Lamas, João Custodio, Luis Lacerda y a Manu Salitre porque ellos harán posible una magnífica media hora final de este acto. Gracias por su generosidad y disponibilidad en todo momento y por creer en este proyecto que hoy presentamos. Con ellos hacemos un guiños a las artes escénica y a la danza, a la universalidad de lo bello porque esto nos hace mejores personas.-Gracias a mi mujer, aquí presente, que ha tenido la “santa paciencia” de soportarme en todo momento y morderse las ausencias por estar yo dedicándole tiempo al oficio de crecer con esta obra. Hoy, estoy doblemente contento por que Gema viene con
Rodrigo, nuestro hijo de casi cinco meses. Para él la primera sesión de literatura.
-Gracias a parte de mi familia aquí presente que nunca me abandona. Y  mis amigos más cercanos por estar, una vez más, acompañándome. «

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