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2018

La sorpresa de lo humano

Este poemario es un intento de subrayar aquello que más me llamó, y me llama, la atención en esta paternidad vivida como hombre maduro. Los versos de este libro explanan algunos gestos de mi hijo que me sorprendieron y provocaron admiración. No es solo la sorpresa de lo humano en él sino también la sorpresa de lo humano en mí.

Cada capítulo corresponde a un año, de los cuatro, de la vida de Rodrigo. En los versos aparece, entre otras cosas y de forma especial, mi preocupación por el tiempo. Sé que me iré en los mejores momentos de la vida de este niño. Cuando él sea mayor yo seré más mayor aún. Aunque esto no sea importante sí merece ser expresado para que cuando llegue el momento del hasta luego, el tránsito se acepte como algo normal y sea menos doloroso.

En este libro he incluido versos del poemario anterior Un concierto de sonidos diminutos. Esos versos aparecen en cursiva al final de algunos poemas (págs. 36, 38, 54, 58,60, 68, 72). En realidad, es un guiño al poemario de 2013 porque en el trabajo actual, La sorpresa de lo humano, trato –también- de lo cotidiano. Así, este poemario, continua aquello que en los versos finales de Un concierto de sonidos diminutos se expresa: “Tal vez habrá que esperar / uno, tres días, / a que el aire se vuelva sonido/ y no dañe el espíritu; / y el agua brote/de los labios de un libro.”

Edición no venal.
Fundación CB. Badajoz.

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Fragmento del libro

1

SORPRENDE descubrir
la belleza de lo inacabado;
la sospecha de un trazo de color.
Sí, sorprende
la solemnidad de lo sencillo,
lo que no es ahora
sin saber qué vendrá después.
Me sorprende sentir la impotencia
y querer arreglar el mundo;
la emoción de releer los versos de la Pizarnik;
cada amanecer después de haber soñado con tus palabras.
Sí, me sorprende que no sorprenda a nadie
este concierto de sonidos diminutos
que me envuelve a diario;
la inutilidad de mis poemas
incapaces de expresar
la cobardía de mi verdad.
Sorprende
la búsqueda de no saber qué y disimularlo;
el tiempo, esa constante de momentos que pasan
y que quiero contener en el trazo de unos versos;
la paternidad que me hace crecer hacia dentro.
Sí, me sorprende y me halaga esta condición
de lo extraño;
esta gana de vivir en un continuo empezar
desde cero.

2

PRIMERO, el silencio, /esa nada que marca/ el ruido de los versos. Después, la palabra /inundando el cosmos de lo frágil /hasta sorprender / con un extraño ritual de paso. Y al final, el poema / invadiendo de formas invisibles / y emoción /el hastío de los días, / el punto cero, / en un continuo comenzar/ el puzle de la vida.

3
LO HUMANO, (p.47)

ese revés de mi ser animal con deseos,
el ímpetu del Paraíso perdido,
mi luchar a contracorriente,
la locura de hablar sin medida,
un descuido del gesto creador
al que llamo libertad,
la autonomía innominada,
mi cansancio de no saber soñar
y querer hacerlo,
la distancia inversa de lo infinito,
el renacer de las sombras.

Sí, lo humano
lo que tú y yo somos
cuando quebramos el tiempo
ante el espejo interior que nos habita;
cuando simplemente
nos miramos
y le miramos.

Críticas

El júbilo del poeta ante el impacto positivo que produjo en su ánimo y en su vida el nacimiento de su hijo al contar con una nueva presencia humana en su casa…

Los poemas al hijo son un lugar común de la lírica. Padre ya en la madurez, Lobato evoca su primogénito en los cuatro partes de la obra…

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