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El segundo número, del proyecto editorial Abismos del Suroeste, nos llega -desde las tierras del Duero-Quietud, de Ángel Fernández Benéitez con prólogo de Natalia Carbajosa. Nuestro autor es un poeta reconocido que, desde el año 2013, afronta con valentía una enfermedad rara que le mantiene postrado en una silla de ruedas.

Después de una lectura atenta y desde el respeto al autor, a quien admiro, me gustaría señalar algunos aspectos de esta obra. No es mi pretensión hacer un análisis literario.

  1. SOBRE EL TÍTULO.

-El título, Quietud, expresa -de manera contundente- la realidad de nuestro autor, su pulso ante la vida más allá de un contexto cronológico. Angel, enfrenta su presente de forma kairológica. Como bien dice su prologuista, el hombre aprende a leer su “destino” ligado a los ciclos de la vida, al kairós antes que al kronos. Así es, el título de la obra nos pone ante la soledad interior del escritor que no hace ficción sino que cuenta, desnudándose, su experiencia más angustiosa, la de tener que encarar lo extraño, la incertidumbre de no saber qué ocurrirá en cada minuto.

2. SOBRE LA ESTRUCTURA

  El libro no se divide en capítulos sino que está cotejado por fechas, como una bitácora, donde Ángel Fernández escribe la experiencia extraña que le ha acontecido sin miedo y desde la verdad. Sí, Fernández Benéitez relata con el talante propio de un escritor que sabe algo más que hilvanar palabras.  Su texto, lleno de dolor e incertidumbre, refleja también una gran compasión: Mi vida va recuperando la normalidad desde la incertidumbre.

3. SOBRE EL CONTENIDO

Esta es una prosa ejemplar, en el sentido más lato de la palabra. ya que Ángel al escribir de lo propio, sin emplear metáforas para expresarse , nos empuja a enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestros propios dolores, a nuestras angustias. Sus sueños, sus pesadillas, nos hablan de alguien que, como él dice, tiene una sensación de quietud fantasmagórica que enervaba los sentidos. Por otro lado, con su sencillo y solemne contarnos el desgarro interior, nos invita a entrar en su hábitat más íntimo y, por ende, a ser también protagonistas.

 4. SOBRE EL PARALELISMO CABALÍSTICO

El contenido de este libro tiene rasgos kabalisticos, una enseñanza en espiral al modo rabínico. Un repetir una situación terrible alargando las expresiones con nuevas incertidumbres. Y en esta forma de escribir nuestro autor emplea los paralelismo entre la situación propia y la naturaleza exterior haciéndonos participes de su grado de contemplación: Miro las aves en su vuelo desde mi quietud. Hacia el final dirá que se mantiene“Con la naturaleza, la naturalidad, la alegría, el amor.

Así, al adentrarse en su propia naturaleza en paralelo con la naturaleza externa, brota un sentimiento de extrañeza y de búsqueda. Pertenecemos a una forma real de vivir que ante situaciones extremas fomenta la contemplación: “No solamente consideraba mi situación pasajera, sino que, además, me enfrentaba a cada día con un extraño vigor”.

Importa señalar algunos paralelismo singulares: Partiendo de la primavera pasa por todo el registro estacional indicándonos, al mismo tiempo, su propia situación anímica. De esta manera, Benéitez consigue conectar con nuestras emociones señalando que somos parte de un cosmos. Por otro lado, este saberse parte de una realidad mayor hace que exprese, con gran sensibilidad, su resistencia ante los desequilibrios preguntándose por qué la naturaleza los provoca. Es terrible la situación que sufre, como ésta que le hace decir: mi discurso se tornó caótico por una noche, las palabras perdían su significado, sin cobrar otro, y olvidé los nombres de mis hijos.

5. SOBRE LO POÉTICO Y LO TRÁGICO

La prosa de esta creación es la menos poética de todos los escritos de nuestro autor,y por el contrario-y de manera paradójica-, el texto contiene una gran poiesis por encima y a pesar de la prosa. Con esta obra Ángel recupera el sentimiento de tragedia donde el logos, lo poético, cobra sentido. En esta obra Angel no trata de contar provocando la conmiseración sino más bien la reflexión. Con ello, indica que el ser humano es palabra que se alza –fuerte- ante su propio destino; es resistencia, aunque el fatum se presente de forma inmisericorde. Hay una expresión que recoge lo dicho: –Abridme la ventana, para oír al milano sobrevolar el cielo, aunque no acierte a pasar por el rectángulo azul donde mi ventana lo convoca y no pueda verlo, sino en mi imaginación apuntalada por las palabras.

Ángel Fernández nos transmite con este libro humanidad y ternura ante una situación que desborda. Precisaba destruir-dice- con una sobredosis de contemplación de la realidad los efectos negativos de mis sueños y amortiguar el miedo que provocaban en mi ánimo. Más adelante dirá, refiriéndose a los gestos de su mujer: Sin alharacas, habíamos ido sumando nuestras horas en una cadena de usos y pactos que nos proporcionaron lo más parecido a la felicidad, que es estar a gusto.

6. FINAL

Desde estas letras doy las gracias a Ángel por traernos este magnífico escrito; gracias, por dejarnos entrar en su hábitat interior donde la creación sigue modelando su barro. Gracias por su sinceridad al compartir hasta el mínimo detalle de su entorno más íntimo y personal, de su familia que, desde el inicio, lo acompaña y la sentimos como nuestra. Gracias poeta por romper el consabido esquema de escribir siendo tú el personaje. 

Mi querido poeta, regresarás a Ons en el soplo ligero/ de un labio que horada inmensidades.

La lectura del libro se puede hacer en este enlace:https://drive.google.com/…/13fpdDBMCM8TKXB5ewL0MALDlF…/view…

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