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Acercarse a la obra en general de Efi Cubero es entrar en un mundo donde el silencio y la contemplación son protagonistas inmediatos. Después de Esencia, aparece Solo inclasificable una obra diferente a las otras publicadas. Posiblemente la diferencia de esta obra de texturas metafísicas y contextos literarios que elevan a categoría trascendental lo cotidiano marque ese sentido poliédrico de las temáticas abordadas por nuestra autora.

EL TÍTULO

Solo inclasificable,  un título intenso que a algunos lectores nos suscita preguntas en un intento de averiguar las claves que estas dos palabras encierran. 

Decir solo tiene dos vertientes significantes, la del adverbio que subraya la soledad o la del adjetivo que hace hincapié en la condición única de algo. Curiosamente, estos dos elementos aparecen en esta obra . 

Si a este vocablo le añadimos el de inclasificable entramos directamente en la reflexión, en la pregunta, de por qué la soledad o el contenido único que aparecen en la obra son inclasificables. Inclasificable es lo referido a insólito, a raro, a lo que no tiene clasificación. 

Dicho esto,la expresión SOLO INCLASIFICABLE se vuelve distinta cuando al introducirnos en el esquema del libro se observa que cada uno de los capítulos lleva por título elementos de la teoría de la música. Entonces la palabra  Solo nos lleva a considerarla de otra forma de las arriba expresadas ya que este  es una pieza musical donde no existe acompañamiento cantado sino ejecución instrumental. Maravilloso cuando el título de un libro abarca tantas expresiones y al mismo tiempo las conjunta. 

EL CONTENIDO

Vayamos al contenido de la obra y hagamos un poco de exégesis de la misma. Para esto importa contemplar el trazo de esta melodía poética que va desarrollándose, capítulo a capítulo, de una forma esencial y necesaria. Descubrir cómo Efi nos va llevando de lo más terrenal a lo más excelso manteniendo así una forma trascendental de escribir. 

Esta obra tiene una particularidad y es la de empezar y terminar como si fuera un único poema, en este caso fragmentado, con un esquema que remeda una curva existencial donde el contenido asciende desde lo cotidiano y, después de llegar a la cumbre, desciende a la profundidad de la tensión interior. El contenido de este proceso, está marcado por una extraordinaria sucesión de elementos meta-literarios, simbólicos, y aforísticos. Una combinación perfecta de herramientas literarias apuntalando un contenido profundo capaz de trazar una maravillosa melodía que justifica los capítulos desde los acordes hasta el adagio, pasando por el contrapunto, el allegro y el andante

Este continuo secuencial hace notar que, aunque  la textura versal es singular en cada capítulos y éstos pueden mirarse de manera independiente, ninguno de ellos se desprende del resto porque todo está trabado, como un mágico encaje de bolillos. En realidad, la arquitectura literaria del libro dibuja la silueta de una synthesis of line, como la del templo de la Sagrada Familia de Barcelona, ciudad donde nuestra autora ha vivido la mayor parte de su vida. Escribo esta figuración didáctica para entender el continente de la obra. Todo el libro es como un templo donde la melodía del silencio suaviza el dolor pero no lo esconde y enaltece la soledad porque no la rehúye. Efi Cubero, en este Solo inclasificable, ha hecho una arquitectura poética, una obra de arte donde todos caben y a nadie deja indiferente. Todo el contenido de la obra lo podemos entrever en la contraportada del libro, en un breve texto de Álex Chico:

  El poema es el lugar donde se produce ese encuentro entre lo que fuimos y seguimos siendo, esa suma de fragmentos que dan cuenta de nuestro paso por el mundo. Un encuentro que suele provocar cierto extrañamiento , tal vez porque no hay nada  que nos resulte  más ajeno que observarnos a nosotros mismos. Esa es la fortuna o la condena del escritor, la del extraño, y esa es la actitud que asume Efi Cubero.

Esta reseña apunta a esa condición del extraño tan cercana a nuestra autora.

Las indicaciones de Alex sobre Solo inclasificable son precisas y me llevan a dos aspectos vitales y son los aspectos existenciales que Efi , en este Solo inclasificable, nos muestra: Saberse y sentirse..

  1. Saberse y sentirse.

En esta obra poética estos existenciales desbordan por todos los rincones. Se evidencia la importancia de sabernos en lo que somos de extraños y por otro lado, hace sentirnos en esta levedad de lo frágil donde nos encontramos, en el vacío o   enfrentando esa dimensión extemporal, abismos de absoluto, ascensión de fracaso.  Esto no se clasifica, a mi entender no tiene lógica, una pura paradoja.  Un solo inclasificable.

 Este libro nace del dolor y de la presencia íntima de lo amado, del amor más allá de la razón, de un estado de vigilia permanente que pocos pueden entender y que sólo los místicos probaron. Y esta obra tiene mucho de ello. Como dice Ferran Gallego, Solo inclasificable es más que una respuesta literaria a una pérdida radical. Es la forma misma de vivir con ella y a pesar de ella.

2. La trabazón de los capítulos

Los cinco capítulos: acordes, contrapunto, allegro, andante, adagio, se convierten en una expresión viva de un proceso duro, propio de la singularidad del extraño. Un tránsito ascético -místico. Un proceso de catarsis.

  • Acordes

En este primer capítulo, con seis poemas, nuestra autora nos sitúa en la búsqueda y, sabiéndose compás de espera, dice, avanzamos desde el alba a la noche desde la noche al alba. Sentirse en esta antítesis de la luz y la oscuridad  remite a la mística pitagórica. Los versos que siguen orientan la mirada a un  contexto singular donde el silencio de un confinamiento eleva la realidad hasta provocar la contemplación, donde fragmentos de creación sangran inermes por los dedos desnudos del extraño. 

El capítulo se ve marcado por una sucesión de acordes  donde por un lado, la piel del interior es piedra líquida,  como un aspecto alquímico que empuja a la perfección ¿quién puede descifrarla? se pregunta Efi Cubero. Por otro lado, en este comenzar a crecer no deja de ser menos importante el podar. La figura de la poda como una forma catártica de crecer. Una cuarentena que alimenta la savia y surge esa visión de la realidad “límite ilimitado iluminando límites”. Un límite que define al ser y en la paradoja de ser ilimitado nos lleva a un punto importante de la propia experiencia. Ahí, dice Cubero, aprendió a despojarse para aguardar la luz. Y este despojo, en este desasirse de sí, nuestra autora se sabe “nota que golpeaba sobre los silencios…frente al fortissimo de la inmensa nada”. Claramente este saber-se ( que es pura búsqueda) y este sentir-se, es desde donde Efi plantea rescatar con el poema, en cada vida y en cada soledad, la lumbre planetaria, el fuego, desde el hálito, desde el “ruaj”, porque esto sólo el alma lo entiende.

  • Contrapunto

Así, ascendiendo por este acorde que busca la armonía, Solo inclasificable  nos introduce, con el equilibrio propio del contrapunto, en un recorrido sensual que trasciende desde la propia figura  del olor a paredes impregnadas de oscuridad o desde el fresco del patio abriéndose al fulgor del jazminero. Estos versos señalan cómo los sentidos se transforman partiendo de una realidad especial, como es la mirada icónica, la que se produce desde el otro lado. Así, con una caligrafía de necesarios silencios, ese rito de ser solo en la palabra/ un solo de silencio, nuestra autora invita a ser ignorando que eres (maravilloso aforismo). Y todo, sin olvidar los cansancios, la soledad, llevando siempre la brújula fiable y buscando estrellas que guíen otras estrellas. Por supuesto, así lo expresa Efi, nunca olvidar “que en las alturas / el alcance de luz es lo importante.” Realmente, esta experiencia nos salva.

  • Allegro

Con este capítulo se llega, ascendiendo en la profundidad de la metafísica poética, al cenit de la obra subrayando la energía propia del allegro. Aquí, los poemas  abren a la experiencia de la memoria de las cosas, como una forma de entrever la eternidad. Y todo esto en un contexto metaliterario que muestra a la palabra  misma como un perfecto instrumento de comunicación frente-a /y con los otros. Esta palabra guarda fidelidad de perro triste. Dicho así, la poética parece entenderse como una herramienta perfecta para expresar el despojo íntimo, la forma sutil para desasirse de los fardos, de lo inútil.

En este capítulo los versos imponen esa condición del extraño en el hecho de ir a contracorriente, de mantener “un combate a solas contra el viento”. Cuánta madurez vertida en estas letras que pide descifrar en uno mismo “lo indisoluble”, lo esencial, lo que permanece. De esta forma, a través de un recorrido metaliterario y simbólico Cubero nos señala que “el poeta es un incordiador en un mundo de solos” capaz de expresar en este avanzar lento de la escritura lo que somos, pensamiento que pesa/soledad de una ausencia, percepción y destino/ voz que lleva al extremo/tras la locura de seguir sangrando/…/entre la incertidumbre  y la certeza.

  • Andante

En este apartado del libro importa descender por este trazo – synthesis of line  – de las secuencias con lentitud,casi adagio, con la incertidumbre propia del humano que se sabe y mira más adentro sin encontrarse. “La incertidumbre/ es mirar más adentro/ sin encontrarnos”. Magnífico capítulo de veintidós poemas donde la propuesta es buscar la conjunción hasta que todo sea profundidad, manteniendo la auténtica lección: Vigilar la hoguera, aventar la ceniza y dialogar con algo misterioso que permanece. Este diálogo con lo Otro recuerda la experiencia mística de la zarza ardiente de Éxodo 3 donde el humano se enfrenta con lo totalmente Otro

Un capítulo, éste, donde el yo lírico se declara escritor para el tiempo con mayúsculas,[ ¿eternidad?]. Un tiempo que es el hondo temblor de otra sustancia por eso se aleja de la fanfarria al escribir y se vuelve-como siempre-a la contradicción de lo incurable. Es quizás, esta irremediable ironía, que enfrenta lo finito a lo infinito, la que hace reaccionar al yo lírico hasta expresar: sola entre multitudes/busco la conjunción./Trazo mi propia línea/ hasta que todo sea/profundidad.

El mensaje es claro, se trata de descender de lo excelso de ese Collis Horturum y comenzar a deshacerse de ramas/ que impidan crecer y seguir, hasta situarse frente a la línea transversal que acorta la vida que reescribe su extrañeza. Y se haga lo que se haga siempre se termina en esa partida de ajedrez entre dos caballeros que mantienen  la principal idea de cómo derrocar al adversario. Al final el jaque mate le dará la muerte.

El capítulo termina con un poema que anota la música del saxofonista de jazz Jhon Coltrane  puntualizando un sentimiento de libertad y de paz mientras se van derrumbando las últimas barreras.

  • Adagio

Al final, descendiendo hasta el pie de la línea secuencial de los versos, aparece -muy despacio- el adagio. Con un compás de 3 por 4 el mundo se inaugura en lo profundo y el ser se descubre volviendo al origen, cada vez más ligeros aunque llegue esta incertidumbre de perdernos. Maravilloso este sentimiento interior de incertidumbre que, lejos de angustiar, lleva a la aceptación de lo evidente acercando al ser a lo que no queda más remedio que [ es ] replegarse al fondo de sí misma en un juego, intenso con lo temporal. cuando el presente ya es solo pasado y el futuro ilusorio apunta a lo infinito.

Esta aceptación del dolor ante la partida del ser amado no es indicativa de conformidad ni de acomodo, tampoco de resignación,  porque en sí esta actitud se escribe con un apunte  místico señalando que la luz del amado alumbra aunque no se alcance. Pura tensión existencial que lleva a sentir, aparentemente, el fracaso al no poder intercambiar una vida por otra. Y sin embargo, estas expresiones, aunque resulte contradictorio, revelan una fusión de alma, a través de la cual se puede “gustar/saborear” la proximidad del amor, como si se abrazara el aire aquí, mientras sucedes (silencio versal)./ Aquí mientras te amo (silencio versal)./ Aquí mientras te nombro inútilmente. Bendita inutilidad que evidencia la presencia del ser querido.

En el apartado final de la obra aparece, solemne, la soledad, esa soledad de acantilado  [que ] importa, en un apocalypto perfecto, en un descorrer las cortinas,  [y] reivindicar el hecho de la presencia del amado. Así, el atestiguar la vida para eludir la muerte provoca  la martyria (μαρτυριον). Con el significado profundo de esta expresión con la que se cierra el libro  parece dar a entender que aunque se acabe una etapa, una forma de mirar y de vivir, para comenzar otra, se continuará manteniendo la intensidad vital , incordiadora y molesta,  del poeta. Sí, porque el poeta, en este caso, no hace más que mostrar desde la propia verdad de su vida el sentido del extraño capaz de saber-se frágil y, desde ahí, seguir creciendo; de sentir-se limitado y, aunque resulte paradójico, trascender.

PUNTO FINAL

  Agradezco a Efi Cubero el haber escrito esta obra tan extraordinaria, por haber sido capaz de mezclar las estéticas de lo musical y de lo poético envolviendo, magistralmente, paisajes místicos y existenciales y todos ellos,marcados por la soledad de la incertidumbre y la extrañeza. 

La obra, Solo inclasificable, es una magnífica y atrevida creación capaz de explanar  sentimientos ante la ausencia-presencia del ser amado, sin caer en la sensiblería. Impresionante, el poder que tienen algunos versos del libro. Más allá de lo elegíaco o del dolorismo de la Storni, hay una explosión sencilla de amor con la contundencia del aforismo o la sencilla solemnidad del haiku. En definitiva, este es un libro que revela la extraordinaria madurez de Efi Cubero en este oficio del ars poética. Solo inclasificable es una obra única y extraordinaria que se mantendrá en el tiempo con las categorías de lo universal propia de las grandes obras. 

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Efi Cubero, (Granja de Torrehermosa, Badajoz). Residió desde niña en Barcelona, allí realizó estudios de Historia del Arte, Lengua y Literatura. Autora de los libros, entre otros, «Fragmentos de exilio» (1992), «Altano» (1995), «Borrando márgenes» (2004), «La mirada en el limo» (2005), «Estados sucesivos» (México, 2008), «Ultramar» (2009), «Condición del extraño» (La Isla de Siltolá, 2013), «Punto de apoyo» (2014). Autora del libro de ensayos «Esencia» (La Isla de Siltolá, 2019) y del libro de artista «Mesa para tres» (2021) junto al pintor Paco Mora Peral. Ha colaborado en varios libros de ensayos. Numerosos poemas, narraciones y entrevistas a personajes del mundo del arte, el pensamiento, la ciencia y la literatura le han sido publicados en diferentes antologías y en revistas académicas de pensamiento o literarias de España y América.

Déjanos un comentario 10 Comments

  • Maribel Bazaga dice:

    Tu reseña es magistral, has diseccionado la obra de Efi, como un genial cirujano.
    Felicidades!

  • Pepi Bobis Reinoso dice:

    Magnífica reseña que no hace más que afirmar la excelencia y profundidad de los textos de Efi Cubero.
    Un placer haberla leído.
    Cordiales saludos.

  • Querido Tino, tu reseña del poemario de Efi Cubero, Solo inclasificable, vuela sin etiquetas al igual que el título del libro. Tanto uno como otra, derrochan magnificencia, por decir algo, por los cuatro costados.

    • Gracias mi querida amiga. Tú sabes que cuando el paño es bueno importa hacer un buen traje. El libro es extraordinario y la complejidad para acercarse a él está en saber mantener la calma, hacer silencio a medida que se lee y después de leerlo. Este es uno de los libros de Efi que más verdad tiene. Gracias por tus aprecios.

    • Gracias Carmen por tus aprecios. La verdad que la obra de Efi es impresionante, al menos para mi. Un abrazo grande.

  • Jose Moreno Losada dice:

    Magistral y poética presentación de una obra singular y precisa. Nos tocará releerla para vivirla, los apuntes avisan de la profundidad y del misterio que trata y brinda en poesía de luz transida de soledad habitada. Gracias Faustino, por darnos escrito lo que apuntaste rápido en la presentación.

    • Gracias Pepe por apreciar estas letras de la reseña completa. Imposible leer ocho páginas en un acto que tiene que durar, máximo, una hora. En este tiempo había que hacer todo un ritual necesario de presentaciones y recitado, dejándole a Efi la mayor y mejor parte, como era y fue el centro de la presentación. Tenía que ser el centro porque era su momento, su obra.
      En la tertulia Página 72 la queremos mucho. Especialmente yo le tengo un aprecio grande…Sabes que prologó mi libro Rehacer el alba (Vitruvio) y desde entonces Efi es alguien muy cercano.
      Me alegró que estuvieras en el acto y que la acompañaras en su estancia en Badajoz.
      Un abrazo amigo.

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