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Maribel Bazaga y Elena García dieron voz a algunos de los poemas de Solo inclasificable de Efi Cubero. Su forma de recitar teniendo como fondo la música de piano interpretada por Pedro Monty hicieron que todos en el Salon de actos de la RUCAB nos emocionáramos comenzando por nuestra autora. Para Efi Cubero fue una sorpresa grande sentir este regalo que ponía punto final a la presentación de su obra.

Mil gracias a Maribel y Elena por su disponibilidad y por este extraordinario recital. El jefe de sonidos, Jose Luis (Lewis) comentó que había asistido a muchos recitales en este lugar pero ninguno, como éste le había emocionado tanto.

Cada uno de los poemas recitados correspondían a cada uno de los capítulos de la obra: ACORDES / CONTRAPUNTO/ALLEGRO/ ANDANTE/ ADAGIO.

  

NADA

Sabías cuándo me desnudaba por entero,
porque ya no era yo sino esa nota
que golpeaba sobre los silencios
para encontrar su escala en la armonía
frente al fortíssimo de la inmensa nada.

[pág. 20]

 

CONTRAPUNTO

LINDEROS

Me encuentro en el zaguán de los linderos
el mundo se inaugura cada día
en un andar de ida
porque nunca me vi de vuelta a nada:
Vocabulario siempre el laberinto del verbo
en desviaciones, lo empírico es
palabra despojada-a solas el quehacer-
en la fatalidad de los espinoso,
la página pautada, la relación armónica
con esa huella niña a ciega la perfuma.
Giran como inscripciones las semillas,
son ejes vibratorios, tirsos que se desdoblan
sobre los pensamientos, interiores que fraguan
el fugitivo edén de lo olvidado.

[pág. 42]

PENTAGRAMA

Miras el pentagrama desde el suelo,
lo dibujan los pájaros oreándose al sol
sobre el tendido alambre.
Mientras disminuyes,
intentas comprender todo lo armónico
que debiéramos ser en plenitud.
Bien sabes que el poeta es un
incordiador en un mundo de solos,
una ecuación fractal donde expresa silencios.
Y verdades.

[ pág. 64]

LÍNEA

Solas entre multitudes
busco la conjunción.
Trazo mi propia línea
hasta que todo sea
profundidad.

[pág. 81]

PARTIDA

Con tu marcha trazaste una ciudad de nieve.
Huidizas como tú laten las avenidas
de exilio al que me confinaste sin saberlo.
Nieva sobre las calles, mientras sola
conjuro la visión sobre lo blanco
del puro y níveo frío de las ensoñaciones.
En los copos al viento hay un temblor de sal,
sobre las líneas de la incertidumbre
miro la luz de estanque de tus ojos miopes.
El reflejo que envuelven estas fotografías
me desvelan, después de la partida
las insondables vetas de tus profundos cielos.

[pág. 126]

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