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El mes de febrero se ha presentado cargado de presentaciones. La primera de ellas ha sido la del martes día  siete en el Centro de Mayores de Santa Marina. Aquí estuve  invitado por María Sote, que lleva el Área de atención al mayor del Ayuntamiento de Badajoz. Un maravilloso y mágico encuentro  con una treintena de persona para  hacer una lectura de mi último libro de poemas «En el alfabeto del tiempo». Cómo agradeceré a María el haberme invitado porque tuve la oportunidad de descender, más allá de una presentación al uso a las claves más existenciales y vivas del libro.

Cuando llegué, media hora antes del evento, no había nadie sin embargo, no pasó muy bien casi diez minutos, cuando de forma sencilla y como siguiendo un ritual acostumbrado la sala se fue llenando de personas. Para mí fue una alegría  comprobar que muchas de ellas eran antiguos  alumnos y alumnas de la Universidad de Mayores, un programa de la Universidad en el que intervengo desde principios de este siglo.

Comencé por hablarles de cómo se había ido creando el libro, de cuáles eran los entresijos que me había llevado a  terminar la obra que algunos tenían en sus manos. Mientras le hablaba observé como se iba generando una gran atención entre los asistentes. Les indiqué de dónde partía el tema de la obra , y cuál eran las claves de lo que en ella se contenía.

 

  1. La imagen del tiempo en otras obras anteriores

Les puntualicé que este libro habla  de un tema que no me era ajeno, del tiempo cronos. Esta imagen de lo temporal en nuestra existencia  la había tratado -de forma trasversal- en otros de mis libros. Y me detuve aquí para hablarle de este hecho.

Creí importante hablarle de los libros anteriores al que íbamos a leer porque, aunque trataban temas diferentes, coincidían en tratar hechos que habían marcado mi vida.

Así, ante la muerte por Parquinson de mi padre les comenté que surgió un libro donde el valor y la fragilidad estaban presentes. Este libro es LAS SIETE VIDAD DEL GATO. En esta obra, el tiempo aparece detenido «en el fuego /que ata el deseo /al corazón» (pag. 27), el tiempo, «como un extraño en esta humanidad/de frontera» (pág. 79).

Les cité un segundo libro, UN CONCIERTO DE SONIDOS DIMINUTOS, en el que aparece el tiempo como una realidad que marca el ritmo de las horas a lo largo de un día. Una obra en la que la cotidianidad es la protagonista. Les leí unos fragmentos de esta obra: «Vivo en el último piso, en este lugar donde callo / sin conseguir silenciar los ruidos, el sonido de los gestos,/ las torpezas y los jaques del destino. Vivo donde el tiempo se trasviste/ de pequeños chasquidos que no molestan, / en el último piso, donde los peldaños se acaban / pero no las ganas de soñar y de vivir con ese orden casi perfecto/ que dibujan la libertad y tu amor» (pág. 39). Les subrayé que uno de los capítulos de este libro lleva por título en el dolor del tiempo, en el que se desarrollan los gestos cotidianos de la tarde. El tiempo, el cronos, en estos espacios del libro es una realidad que marca el paso de todo, la fragilidad de los momentos.

Por ultimo, les recité algunos versos de un tercer libro, LA SORPRESA DE LO HUMNO, en el que, de manera muy especial, aparece el tiempo cronos. Este es un libro dedicado a mi hijo Rodrigo. Su nacimiento  había marcado nuestra casa, nuestra forma de vivir. El nacimiento de mi hijo marcó el  antes y el  después de nuestra existencia. Desde entonces, -comenté-mi mujer y yo sentimos el tiempo como una realidad que juega de manera especial. Sobre todo para mi, padre adulto dé 61 años.

«Sorprende
la búsqueda de no saber qué y disimularlo;
el tiempo, esa constante de momentos que pasan
y que quiero contener en el trazo de unos versos;

la paternidad que me hace crecer hacia dentro.


Sí, me sorprende y me halaga esta condición
de lo extraño;
esta gana de vivir en un continuo empezar
desde cero
» (pág. 14)

El tiempo desde entonces viene a ser una realidad que marca a fuego lo humano,

«Sí, lo humano
lo que tú y yo somos
cuando quebramos el tiempo
ante el espejo interior que nos habita;

cuando simplemente
nos miramos
y le miramos.
» (pág. 47)

 

2. Lectura de poemas de EN EL ALFABETO DEL TIEMPO

Después de estas referencias del tiempo en algunas de mis obras, fui recitándoles algunos poemas de cada uno de los cinco capítulos que tiene la obra En el alfabeto del tiempo

Del primer capítulo, En la vertical de los días, le recité le primero de los poemas explicándoles por qué aparece un texto cabecera en portugués. Con esto pretendía hacer un guiño amable a la situación que había desencadenado el conductor portugués que me atropelló en un paso de peatones.

Seja como for, a vida é um presente incrível.
Com certeza, devemos aproveitá-la em todos os momentos.

EN el mar del calendario,
un día, como cualquier otro,
cinco de febrero, en un segundo,
todo se me volvió silencio.

Nunca sabré decir qué pasó.

En el tránsito cotidiano,
las sirenas anunciaban lo peor,
las miradas sujetaron el grito.
Mi recuerdo es un paréntesis.

Siempre estaré en ese vacío.

Con la huella de quien permanece
mudo en el instante, acojo la levedad
del momento. Un día cinco de febrero
de dos mil dieciocho,

en el ecuador de mi existencia,
la vida me envolvió
dibujando en el aire
un tiempo al revés.

Del segundo capítulo, Paréntesis, sueños, les recité el poema donde aparece el verso que da título al capítulo. Un poema que marca el tiempo cronos, en el ámbito de la calle. Les indiqué que la inspiración de algunos de estos poemas, como era el caso, había surgido mientras paseaba. Este poema pertencecía al libro La sorpresa de lo humano:

19
EL tiempo se escapa por las aceras
se enreda en la huella del recuerdo;
se va con la prisa de la mañana;
se frena en el regalo de tu sueño.

El tiempo se deshace entre luces, ruidos
y monosílabos del color de este ángel
que nos nombra. El tiempo deja de existir
en la memoria de la casa, y en los gestos de perdón.

El tiempo se disfraza de imagen sin hogar,
en transeúnte perdido; es como una letra en la pared,
la espera del autobús o un beso improvisado;
el arreglo del ascensor, la nota del cartero.

El tiempo,
el
tiem
po,
fugaz, como un juego de versos,
incierto, como un poema por terminar.

El tiempo, el maldito tiempo,
huye,
se desbarata,
se oculta
de-sa-pa-re-ce
y juega a ser.

Porque somos paréntesis…,
sueños.

A medida que escuchaban los poemas la atención crecía. Esto me empujaba a entregarme, con mayor empeño, en  las explicaciones y el recitado.

Observé, con emoción, como algunas de las personas tomaban notas de las explicaciones que iba dando.

En una de las intervenciones se mostraron interesados por el cómo había ido haciendo los poemas. Para hablarles con un ejemplo les recité uno de los poemas que lleva por titulo poemizando. Este pertenece al capítulo tercero del libro, En las torpezas.

28
[poemizando]

PRIMERO, fue el silencio,
el instante
que marcaba el susurro de los versos
.

Luego, muy despacio, llegó la palabra
inundando, en el momento oportuno,
el cosmos de lo frágil.

Y al final, el dolor se hizo poema
invadiendo con formas invisibles
el hastío de los días.

Un extraño rito sin compasión
marca el punto cero del reloj
en un agosto interminable
.

Escribir ,les dije, supone guardar mucho silencio. Es desde este gesto interior como, después, surgen las palabras, los versos. Y a esto le sigue dejar que la emoción de las primeras expresiones se serenen, para ello -comenté- es preciso guardar una distancia de meses, con lo escrito. Luego, viene la tarea dolorosa de podar aquellos adjetivos o expresiones que no dicen nada. Este proceso de ars poetica es el que describe el poema recitado. Les expliqué que poemas como este marcan la meta poesía, el hacer un poema mientras se habla de él.

Llegué al cuarto capitulo, El silencio del Kairós. Aquí les comenté el significado de la palabra griega, Kairós. Esta palabra provenía del registro filosófico-teológico y significa: la certeza de vivir el tiempo presente. Después de una breve explicación todos comprendieron que el Kairós es la realidad que marca la alegría del momento. ¿Cuántas ocasiones de vivir intensamente con los amigos y la familia se ha desaprovechado por no saber estar con ellos?

En el quinto capitulo, Esta herida del tiempo, les recité un poema que, a todos con una cierta edad nos toca. Este es el que habla del testamento vital, de ese dejar dicho lo que me gustaría que mi familia haga con mis despojos humanos una vez que muera.

42
[Testamento vital ]

CUANDO cierre los ojos a la luz
y mi boca no sonría a las palabras
ni mis manos sientan el calor de las cosas.
En el momento que mi carne sea
el gesto del pasado
y la nada se adueñe de mi cuerpo,
no lloréis, saltad de alegría
por los momentos vividos.

Cuando sea alimento de las llamas
no os vistáis de luto, ni con trajes elegantes.
Repartid mis cenizas
con la ropa de diario.
En el instante que derraméis
las partículas de mi vacío,
el color gris de la energía,
hacedlo en aquel lugar donde el río
enamora con sus aguas al barro
y el tiempo parece detenerse.

Cuando salude al atardecer de los sueños
no leáis ningún recordatorio,
porque estaré en ese punto donde la vida
se funde con el abecedario de las horas.
En el instante que la muerte tome
hasta la última nota de mis entrañas,
dejad que la naturaleza me devuelva
las vocales que visten mis versos.

Cuando el verbo me dé forma y siga
en la memoria de los que me amáis,
mantened silencio para que la muerte
me devuelva al lugar de partida.
En el momento de leer estas palabras,
permaneciendo en la intimidad
que cada uno reservó para mí,
viviré de nuevo sine die,
eternamente.

 

3. Final

Después del aplauso, vinieron las  impresiones sobre los poemas recitados  y  alguna que otra pregunta sobre el libro. 

Terminé recitándoles el último poema del libro:

43
UNA y media de la madrugada, sigo despierto. Es el momento justo para admitir la realidad más cruel, la que muestra que la vida no es una fantasía, ni una hora de placer. Es hora de irme a dormir con todo lo vivido sin pedir nada. En este instante, mantengo el perfume de la sonrisa de mi hijo al decirme bonne nuit. Ese gesto hace tan solemne el instante que este me resulta único. Una y media de la madrugada.

Bonne nuit.

Motivadas por María Sote las preguntas y las impresiones se sucedieron durante unos diez minutos más. Agradezco la magnífica acogida de María Sote y en especial su saber coordinar el momento.

Un magnífico grupo, este del Club de Lectura, que esta tarde de febrero  supo crear un ambiente maravilloso. La atención y el respeto fueron los protagonistas.  La magia del encuentro fue in crecendo durante la hora del acto. Gracias a cada una/o de los asistentes por su generosidad y en especial a María Sote.

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