Después de este confinamiento no estoy seguro si, algunos, haremos el esfuerzo de cambiar de actitud, aceptando cómo somos. Sí, aceptar que unas veces somos prepotentes, ocultando nuestros fracasos ; que otras, mantenemos la apariencia de fuertes y duros para revestir la fragilidad, tan especialmente humana ; y que la mayoría de las veces, somos unos caóticos, que no nos gusta perder, y mantenemos por miedo el orden ficticio e inventado, hasta el sofisma político.