
Olmos que apuntan,
abrazando vertical,
el equilibrio.

Ligera rozas
el ángulo incierto
de la roca.

Colocas piedras
en el inquieto murmullo
de las orillas.

Fluyen tus versos,
el pulso de la piedra,
entre canchales.

Enredas el sol
con ramas de castaño.
Trama de luces.

Ladera blanca
abierta a los sonidos,
virgen, me asombra.

Viertes tus luces,
el blanco de tus poemas,
sobre el cerezo.