Delante de mí, una línea extraña,
endeble, frágil,
de sombras y agua.
Entre las nubes
un rastro de luna corta el paisaje
Te siento
en este revés de la noche
que amenaza ausencias.


En vertical
la tenue luz,
de edificios impostados.
Lejos tu voz, rompiendo
las sombras
de la distancia.

Imposible no ver
en el reflejo del río
esa cadencia amante
de tu risa.
La distancia, mantienen
la orfandad de la piel
que reclama caricias.

En esta ausencia de las palabras,
brota el dolor
y mi alma se rompe
en la bruma del silencio.